Hasta ahora habíamos abordado el tema de la eficiencia energética desde la perspectiva de la actualidad, es decir, por el certificado de eficiencia energética recientemente aprobado y en vigor, por el cambio climático y el calentamiento global, por el cálculo y los detalles a observar en un edificio o vivienda, por la eficiencia del LED o por el que los engloba a todos, el servicio de consultoría lumínica.
Hoy vamos a hablar de eficiencia energética en general.
Definimos eficiencia energética, a la reducción del consumo de energía necesario manteniendo los mismos servicios energéticos, sin disminuir nuestro confort y calidad de vida, protegiendo el medio ambiente, asegurando el abastecimiento y fomentando un comportamiento sostenible en su uso.
La reducción de la intensidad energética es un objetivo prioritario para cualquier persona, empresa, economía o país, siempre que el poder lograrlo no afecte negativamente al volumen de actividad. Uno de los parámetros que determinan la correlación entre consumo de energía y crecimiento económico es la evolución de la intensidad energética, indicador que relaciona consumos de energía y el Producto Interior Bruto (PIB) de un país.
Hablemos de fuentes de energía y recursos energéticos. El carácter limitado o ilimitado de las fuentes de energía nos permite diferenciarlas y valorarlas en términos de sostenibilidad. Podemos apreciar que la atmósfera está alcanzando sus límites medioambientales y que el consumo energético sigue creciendo, sobre todos en zonas del planeta en pleno desarrollo que demandan su equiparación energética con el mundo desarrollado.
En cuanto a la energía hay que tener en cuenta que:
– La gran mayoría de la energía que consumimos es generada mediante combustibles fósiles.
– El aumento del nivel de vida y de confort se encuentra socialmente asociado a un aumento del consumo de energía.
– Existe una gran dependencia de unas áreas sobre otras, a nivel global y local.
– El incremento de la población mundial es constante.
– Los países no desarrollados demandan los mismos niveles energéticos que los desarrollados.
– El aumento de la conciencia social respecto a temas medioambientales es un hecho.
– El rechazo social a la energía nuclear es notorio y existe una tendencia para su eliminación.
– Hay redes energéticas a nivel mundial (como el gas).
La evolución futura de todas estas cuestiones será clave para evitar el deterioro de nuestra calidad de vida permitiéndonos o no, la conservación de nuestros ecosistemas actuales. Hoy asistimos a la potenciación de las energías renovables no sólo por el notable aumento de los precios de los combustibles fósiles, como el petróleo, sino también por sus negativos efectos ambientales.
Como bien explicamos en la entrada anterior, «la emisión constante a la atmósfera de los denominados gases invernadero contribuirá al cambio climático donde el incremento de las temperaturas y su influencia en otros factores del clima tendrán como consecuencia efectos graves para los habitantes del planeta y la conservación de los actuales ecosistemas».
Debemos identificar las diferentes fases tanto del ciclo energético desde su captación, transformación, transporte, almacenaje, uso y gestión de residuos como del proceso constructivo global, planificación, diseño, aplicación para la fabricación y obtención de materiales, todo ello con el objetivo de gestionar un sistema donde se combinen la eficiencia energética, con la consecuente reducción del gasto, y la potenciación de las energías de carácter renovable.
Concienciémonos, todos, para construir o mantener nuestro entorno de la mejor manera.
Desde Teknica Iluminación así se lo pedimos.
(Continuará en unas semanas en: «Eficiencia energética, la esencia (Parte II)»)